Cuando se ejerce discriminación contra una persona, ya sea de manera individual, social o desde el Estado, se trata de una acción deshumanizadora que niega su intencionalidad y su libertad.
La discriminación cosifica a las personas, trata a las personas como objetos y es una forma de violencia primitiva basada en la concepción de la naturaleza humana.
El Humanismo considera al Ser Humano como valor y preocupación central, la no violencia activa como metodología de acción y la no discriminación como pilar fundamental. Para el Nuevo Humanismo, el Ser Humano es el ser histórico social dotado de intención, capaz de transformar al mundo y a su propia naturaleza por su conciencia abierta al mundo. Esta concepción se opone a toda teoría naturalista, positivista, materialista, que afirme el determinismo sea este natural o social. También se opone a toda postura que se base en la pasividad de la conciencia. Así, considera al Ser Humano, esencialmente libre. En ese sentido, también se valora las diferencias tanto genéticas como culturales, y la distinta subjetividad en lo personal, como enriquecedoras de la complementación.
Es por ello que reconoce a las diversidades sexuales como parte la diversidad humana en general, y repudia toda discriminación y violencia que se ejerza contra aquellas personas que poseen o eligen una sexualidad diferente a la impuesta como única natural y verdadera, y repudia a la violencia sexual que discrimina a las personas en virtud de su sexo o preferencia.
