Partido Humanista Concordia

Equipo de Base del Partido Humanista de Concordia


Frente Social y Popular Humanista y Comunista


Este Frente Social y Popular, Humanista y Comunista, se presenta a las Elecciones Legislativas a Diputados Nacionales del 28 de junio de 2009, siendo la única fuerza de izquierda, internacionalista y progresista en la provincia, que se constituye como alternativa propositiva y crítica, pero no opositora al gobierno nacional.


Proponemos:

Promover la integración y soberanía económica, política, social y cultural de nuestro país y de éste con el resto de los países de la región.

• Priorizar las relaciones con los países vecinos y con toda América Latina y el Caribe.

• Impulsar una ciudadanía común regional asentada en que los pueblos tengan plenos derechos en la toma de las decisiones regionales, nacionales y locales.

• Profundizar la afirmación de la soberanía del país en oposición de las políticas de los EE.UU para América Latina: ALCA, TLCs, deuda externa y militarización.

• Preservación del medio ambiente. Por un desarrollo sustentable.

• Exigencia del desarme nuclear y convencional, regional y mundial, y el retiro de las tropas de los territorios ocupados.

• Por un MERCOSUR renovado y abierto a los postulados del ALBA y la UNASUR.

• Apoyo al Banco del Sur. Moneda común regional.

• Integración regional energética soberana.

• Rechazo al modelo dependiente basado en los agrocombustibles. Promover la diversidad de fuentes y de modos de generación de energía.

• Política exterior y de defensa libre de los condicionamientos imperialistas.

• Modificación del sentido de la presencia internacional en Haití. De fuerza militar represiva a contingente de seguridad alimentaria y sanitaria y de resguardo de los derechos humanos del pueblo hermano.

Recuperación del patrimonio nacional enajenado

Recuperación del patrimonio público de los argentinos entregado al capital transnacional expoliador.

• Recuperación de la renta petrolera y gasífera a través de la nacionalización de YPF y las empresas que extraen gas natural.

• Derogación de la ley de minería, y promoción de una explotación minera no contaminante y en beneficio de la población.

• Recuperación de los servicios públicos y recursos estratégicos privatizados y su administración por sus trabajadores y usuarios.

• Creación de un área social de la economía.

Contra la violencia emanada de la injusticia y la desigualdad.

• Erradicar las guerras de opresión, la cultura violenta lanzada desde los medios de comunicación, la violación de los derechos humanos por fuerzas policiales y militarizadas, para-policiales o para-militares.

• Política integral para superar las carencias en materia de salud, educación, vivienda, trabajo, etc., que son producto de un sistema basado en la injusticia y la desigualdad que tiene al dinero y no al ser humano como valor central.

• Priorizar la atención de las trabajadoras y los trabajadores ocupados, subocupados desocupados y jubilados, de la ancianidad, la mujer y la infancia garantizándoles seguridad alimentaria, habitacional, laboral, sanitaria y educacional.

Convergencia en la diversidad

• Respeto a las minorías. .

• Abrir posibilidades a las nuevas generaciones.

• Contra toda forma de discriminación.

Derechos Humanos

• Vigencia plena de los derechos humanos incluyendo las dimensiones económicas, sociales y culturales.

• Juicio y castigo a los responsables del genocidio durante la dictadura militar. Fin de toda impunidad, avanzando con los responsables de las represiones conocidas como de la Triple A.

• Plenas libertades democráticas para la expresión de la voluntad popular.

• Derogación de la normativa represiva, disolución de los cuerpos represivos y de intromisión en la privacidad de personas y grupos.

• Descriminalización de la protesta social, desprocesamiento y libertad de los detenidos o encausados por manifestaciones.

• Oposición a la penalización de los niños, creando sistemas procesales adecuados al derecho de minoridad.

• Castigo a la práctica del gatillo fácil.

Distribución de la riqueza

Política económica dirigida a la redistribución de la riqueza, pivilegiando a los trabajadores ya las pequeñas y medianas empresas, lo que implica afectar los intereses del capital más concentrado.

• Reforma impositiva para que paguen más los que más tienen.

• Ampliación del mercado interno mediante aumento general de salarios y jubilaciones.

• Impulso sostenido a la creación de nuevas fuentes de trabajo.

• Eliminación del trabajo precario.

• Seguro de desempleo.

• Contra la extranjerización de la tierra.

• Por la agricultura familiar y el desarrollo de los pueblos del interior.

• Reforma agraria integral.

· Promoción de la economía solidaria, cooperativa y de Propiedad Participada de los trabajadores

No desconocemos, los avances obtenidos, sino que los valoramos, pero los consideramos insuficientes, en una situación y con un gobierno que ha mostrado sus contradicciones, límites y carencias. Donde un discurso de ruptura con el FMI convive con la continuidad de pautas distributivas propias del Consenso de Washington, donde el crecimiento y la bonanza fiscal cohabitan con el incremento de la desigualdad, donde los avances en derechos humanos coexisten con la aprobación de la ley “antiterrorista” que los cercena. Y donde una política objetiva de unidad con los procesos liberadores de la región en función de la crisis energética no se compadece con las nuevas concesiones como Loma de La Lata y Cerro Dragón ni con el sostenimiento de la privatización de los hidrocarburos y la minería. Donde los acertados intentos de re-distribución de la riqueza sobre las exageradas ganancias del sector exportador rural, no se corresponden con los subsidios discriminatorios otorgados al sector. Donde las oportunas medidas de estatización de empresas como Aerolineas Argentinas y sistema de jubilaciones, deberá corresponderse con una profundización de políticas para la eliminación de la corrupción y avanzar sobre la estatización del resto de las empresas de servicios públicos , retrocediendo con los intentos de privatización y/o desmantelamiento de la educación y salud públicas.

Queremos empujar los cambios progresistas.

Seremos realmente soberanos cuando recuperemos nuestro patrimonio nacional entregado vilmente al gran capital imperial. El petróleo, la minería, los bosques, as empresas de servicios públicos, los transportes, las comunicaciones, la cultura, los medios de información.

No se trata de que vuelvan a un Estado ineficiente, sino de colocar las empresas que los gestionan bajo una administración de los trabajadores y usuarios, y como parte de un sector

social de la economía.

Esa soberanía debe presidir también nuestra política exterior y la de defensa nacional,

poniéndole fin a todo compromiso que nos ate a determinaciones imperialistas.

Seremos realmente una sociedad libre, cuando la democracia “representativa”, formal, donde “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus epresentantes” -que han perdido representatividad y prestigio- sea reemplazada por una democracia participativa, real, donde imperen los modos más eficientes para un verdadero poder popular. Cuando no haya leyes ni cuerpos represivos que apunten sus cañones contra el pueblo.

Cuando no haya más impunidad para los genocidas ni para los corruptos y entreguistas.

Cuando imperen, en fin, en plenitud los derechos humanos en el más integral de

los sentidos.

Seremos una sociedad igualitaria cuando nuestra democracia política esté asentada en la justicia social, en el fin de los privilegios y de la concentración de la riqueza y en una distribución justa y equitativa de los beneficios del trabajo social.

Decimos NO a la violencia que surge de las abismales diferencias existentes hoy entre los más ricos y los más pobres. Esa violencia no puede ser resuelta sin afectar los intereses, principalmente imperialistas, de los que hoy retienen en pocas manos los medios de producción y el dinero. De otro modo, no habrá trabajo para todos, salarios y condiciones laborales justas, educación y salud públicas de calidad, acceso a viviendas dignas y medios de transporte adecuados.

Sabemos que nuestros enemigos son quienes detentan esa riqueza concentrada y pretenden instalar una derecha política que los represente más cabalmente.

Enfrentaremos a esos pactos y a esa derecha que quiere retrotraernos a los nefastos años 90, con formas más modernas y europeizantes, que ahora habla de ”sensibilidad social”.

Nuestro Frente está libre de las ataduras y condicionamientos que el capital financiero le impone a casi todas las opciones electorales desde hace décadas. Y porque sabemos que con nuestras fuerzas separadas no es aun suficiente, emprendemos en común un camino de construcción en amplitud y profundidad.

Los argentinos necesitamos ganarnos a la idea de que juntos podemos. Por ello el centro de nuestra acción estará puesto en la edificación de una propuesta de unidad popular capaz de modificar las correlaciones de fuerza en favor de los cambios profundos, para lo cual necesitamos las identidades, las banderas y los colores de cada una de las fuerzas de signo popular.

Esa es la lucha que no emprendemos hoy, sino que nos viene de nuestras culturas ancestrales, de nuestros próceres independentistas, de lo mejor del pensamiento universal, de la historia popular más cercana, e todas nuestras provincias y de la conciencia de estar ya en el siglo XXI, el que vemos como una centuria de crisis de los grandes centros del poder global y de profundas transformaciones sostenidas en la movilización activa de una Humanidad que quiere un mundo de paz y de progreso para todos.